Misivas


Isawa Koushi

Mar Ene 11, 2005 7:43 pm

Viendo el éxito que tienen las misivas en la Corte de Kyuden Ippôyaku, he decidido postear cómo se lleva el asunto de tales menesteres en una Corte de Invierno.

Primero se describe la parte narrativa, después las reglas. Quizás os guste lo que he escrito, quizás no. Lo que si es seguro que podéis esperar misivas de mi parte.

Por cierto, no es material original, sino que lo transcribí del suplmento Corte de Invierno: Kyuden Kakita. Aquellos que lo posean podrán observar un par de diferencias que responden a línea temporal oficial y a sistema de reglas de la 2ª Ed. Nada importante en realidad.

Espero que os guste.
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Ultima edición por Isawa Koushi el Mar Ene 11, 2005 7:51 pm, editado 1 vez
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MensajePublicado: Mar Ene 11, 2005 7:44 pm Responder citando Back to top

La carrera de resistencia más importante de la Corte de Invierno es el juego de las misivas. Se trata de un juego sutil que no todos los visitantes comprenden ni perciben siquiera. Empero, no debe ser subestimado. La fama y la fortuna de más de un cortesano se han sustentado y se han visto arruinadas por una sola carta; la correspondencia mantenida de una Corte de Invierno puede construir alianzas que duren generaciones o iniciar conflictos que persistan durantes siglos. Las cartas son las armas predilectas de críticos y chantajistas. Son el regalo más sutil y, al mismo tiempo, más directo de un amante. Si la política es el corazón de la Corte de Invierno, sin duda las cartas son su sangre.

La redacción de una misiva es tarea delicada. En la corte, nadie escribe una carta como se la escribiría a un amigo, ni como la redactaría un general que quisiera transmitir órdenes a sus soldados. Han de tenerse en cuenta diversas consideraciones y habilidades. La composición es un acto conciso y calculado, una danza cautelosa que pretende entretener, confundir, hipnotizar, seducir y provocar al destinatario. Todas las partes de una carta son igual de importantes. Toadas las partes de una carta encierran simbolismo.

Lo primero es saber elegir el papel. El color sienta las bases del estado de ánimo y transmite emoción, al igual que la textura y el espesor del papel. Un asunto que revista gravedad exige un papel de mayor peso y grano. Para los soñadores y los románticos, podría elegirse el género más fino. El tamaño del papel en relación con el cuerpo del mensaje también ha de tenerse en cuenta. Un pliego de papel de grandes dimensiones que albergue cuatro caracteres contados podría tomarse por un gesto de generosidad (He utilizado todo este papel de sobra, sólo por ti). Por el contrario, un trozo de pergamino atestado de apretados garabatos podría verse como un insulto (No te mereces ni el papel que gasto).

En segundo lugar el contenido es fundamental. La práctica habitual consiste en componer un poema de treinta y una sílabas con una imagen inspirada en la naturaleza, implicando sutilmente la intención del remitente, en lugar de exponerla a las claras. Esto suele tomarse por otro movimiento en el eterno juego de la corte, pero también sirve a un propósito práctico. Las cartas que se escriben en la corte rara vez pueden llamarse privadas. Casi nunca se sellan y casi cualquiera puede detener a un criado en los pasillos y leer lo que vayan a entregar. De hecho, se espera que esto ocurra. Las misivas exhiben la astucia y el ingenio del autor a los ojos de todos; no comunican secretos. Los destinatarios que sepan jugar correctamente a este juego entenderán el significado de la carta aunque el mensaje no sea evidente.

Las pinceladas del autor deberían transmitir el mensaje adecuado. El estilo puede dotar de significado al mensaje, con independencia de cuál sea el contenido. Un mensaje escrito con elegancia podría simbolizar amor, o podría comunicar, sencillamente, que el remitente es culto y adinerado, y que dispone de tiempo de sobra para practicar su caligrafía. La redacción descuidad suele tomarse como un insulto, por lo que los escritores escriben a menudo varios borradores, empleando distintos pinceles y tipos de tinta, antes de elegir la misiva que será enviada. Incluso si se tiene la intención de insultar, la ejecución ha de ser la adecuada.

Por último, el cortesano deberá tener en cuenta el envoltorio de su carta. En Rokugan existen varios estilos tradicionales de plegado de cartas, y algunos clanes han desarrollado sus propias técnicas secretas para exhibir su astucia e imposibilitar falsificaciones; los Escorpión son maestros en este arte, es una hazaña desdoblar una carta de un Escorpión sin rasgarla. La misiva se adjunta a continuación a una flor, rama, varilla de incienso y otro objeto que posea una fragancia particular. De nuevo, la elección del perfume tiene su función, pues suele resumir el tema de la carta. La entrega del mensaje debe recaer sobre el sirviente adecuado. Un criado importante implica que el destinatario es importante a su vez. Un lacayo insignificante implica que el destinatario es de baja ralea. Las cartas de este tipo nunca se entregan en persona; iría contra el espíritu del juego.

Todos los cortesanos están familiarizados con el juego de las misivas; lo aprenden del mismo modo que un bushi aprende a manejar la espada. El juego de las misivas es antiguo, se remonta a los primeros días de la corte del Emperador. Hantei Genji, el Príncipe Resplandeciente, está considerado uno de los jugadores más habilidosos, y se cree que muchas de las tradiciones referentes a la redacción de cartas que practican los cortesanos modernos fueron establecidas por él hace siglos. Una muestra de amor, por ejemplo, podría estar escrita en papel rosado, contener un poema que compara la belleza del destinatario con la de un animal o una flor de su elección, e ir acompañada de una ramita de roble como muestra de la fuerza del amor del autor. Una acusación de cobardía dirigida contra un Cangrejo podría estar escrita en grueso papel blanco (color de la muerte), comprender un poema que describa a un obtuso crustáceo ahogándose en su propia concha, y estar perfumada con almendras amargas. Las posibles combinaciones son innumerables. El cortesano habilidoso sabrá observar el intercambio de cartas e intuir a menudo la intención del mensaje, sin necesidad de abrirlas.

Es de rigor que el intercambio de correspondencias se tome muy en serio en la Corte de Invierno. Toda carta exige una respuesta. De lo contrario, el destinatario admitiría la superioridad intelectual de su autor. El juego suele prolongarse mientras dure la corte, y un cortesano podría mantener docenas de correspondencias simultáneas.

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En términos de juego, un duelo de misivas comienza con una de estas dos maneras: o bien el personaje decide enviar una carta, o recibe una. Son varias las habilidades que pueden resultar de utilidad en un duelo de misivas, sobre todo Corte, Retórica y Caligrafía.

Para empezar, el personaje debe elegir el papel, el contenido, la caligrafía y el envoltorio. Se tira Consciencia + Corte, con la Dificultad que juzgue apropiada el jugador. El DJ debería efectuar una tirada en secreto. El personaje no sabrá si ha superado la prueba o no, pero alguno de sus sirvientes o consejeros podría echarle una mano si su plan resulta seriamente deslavazado (¿Sama? Tal vez no deberías enviar la carta al daimyo Matsu en el papel azul granulado y estampado con una bandada de grullas al vuelo). Otras habilidades pueden ser de ayuda en el proceso. Por ejemplo, Herboristería puede facilitar la selección de una hierba rara con la que aromatizar la misiva. El DJ debería permitir Aumentos libres para cada habilidad que pudiera ser de ayuda al personaje, pero no más de uno para cada una de las cuatro etapas.

A discreción del DJ, se puede intentar el empleo de técnicas cortesanas a través del contenido de una carta. Esto exige un número de Aumentos equivalentes al Rango de la Técnica (ejemplo: Cortesano Doji Rango 3. cuando el destinatario reciba la carta, hará una tirada enfrentada de Honor, como indica dicha técnica. Si no la supera, la tirada de Corte inicial del objetivo al responder a la carta fracasará automáticamente. La técnica de Cortesano Bayushi Rango 1 también puede aplicarse a la redacción de una misiva, aunque una carta no sea una tirada enfrentada. El cortesano deberá elegir un Aumento para utilizar la técnica en el contenido de la carta, como de ordinario).

A continuación, el personaje debe redactar la carta. Esto requiere una tirada de Consciencia + Retórica para componer un poema, de Reflejos + Caligrafía para dibujar los caracteres y veinticinco minutos para completar el proceso. La Dificultad de estas tiradas será igual a la de la tirada de Corte original. Si el jugador saca una mala tirada, el personaje se dará cuenta de lo chapucero de su trabajo y podría volver a empezar, pero cada tirada fallida consume media hora de tiempo. Se puede redactar una carta más deprisa, pero hay que pedir dos Aumentos por cada diez minutos que se pretenda ahorrar. Una carta decente de este tipo no puede ser planeada ni escrita en menos de cinco minutos.

Por último, el personaje tendrá que envolver y enviar la carta. Esto requiere una última tirada de Consciencia + Corte para garantizar que todo encaje como es debido, y diez minutos de tiempo (si todos los elementos necesarios están a mano). La Dificultad será la misma que la de la tirada de Corte original. Al pedir dos Aumentos, el jugador puede inducir al DJ si superó la tirada de Corte original. Ésta es la última oportunidad del personaje de cerciorarse de los errores cometidos previamente y reiniciar todo el proceso.

Cuando se entregue una carta, el destinatario deberá hacer una tirada de Voluntad + Corte contra la dificultad de la misiva. La técnica Bayushi Rango 1 concede Aumentos libres a esta tirada por cada 2 puntos de Desventajas del autor aunque, a efectos técnicos, ésta no sea una tirada enfrentada. Si el destinatario supera la tirada, por cada 5 puntos de éxito recibirá un Aumento libre a su tirada inicial cuando planee la réplica. De lo contrario, cada 5 puntos de fracaso penalizan con un +5 la Dificultad a su tirada inicial cuando redacte la respuesta.

Toda carta concede al destinatario la opción de subir las apuestas. Si un cortesano recibe una misiva de Dificultad 25 y responde otra de Dificultad 15, estará admitiendo su inferioridad intelectual. Si redacta un de Dificultad 30, demostrará que es más astuto y suben las apuestas. Obviamente habrá ocasiones en que uno no quiera subir las apuestas. Si el daimyo de un clan te envía una carta, te harás un flaco favor subiendo las apuestas y dejándole en mal lugar. Lo correcto sería escribir una carta de la calidad adecuada, pero no mejor que la de tu superior; eso sería arrogante. Sin embargo, ten cuidado de no redactar un mensaje cuya baja calidad salte a la vista; eso sería un insulto. También es importante tener esto en cuenta cuando intentes cultivar un romance en la corte. Demostrar tu ingenio obrará maravillas a los ojos de tu amor, pero quedar en ridículo o ridiculizar al destinatario podría provocar que se desmoronase tu castillo de naipes.

¿Tiene algún sentido todo esto? Tal vez. Los cortesanos hacen y deshacen sus carreras a golpe de misiva. El juego puede conceder riquezas, gloria y honor a quien sepa jugarlo.

Aunque, a veces, no pase de ser un divertimento absurdo.

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La carrera de resistencia más importante de la Corte de Invierno es el juego de las misivas. Se trata de un juego sutil que no todos los visitantes comprenden ni perciben siquiera. Empero, no debe ser subestimado. La fama y la fortuna de más de un cortesano se han sustentado y se han visto arruinadas por una sola carta; la correspondencia mantenida de una Corte de Invierno puede construir alianzas que duren generaciones o iniciar conflictos que persistan durantes siglos. Las cartas son las armas predilectas de críticos y chantajistas. Son el regalo más sutil y, al mismo tiempo, más directo de un amante. Si la política es el corazón de la Corte de Invierno, sin duda las cartas son su sangre.

La redacción de una misiva es tarea delicada. En la corte, nadie escribe una carta como se la escribiría a un amigo, ni como la redactaría un general que quisiera transmitir órdenes a sus soldados. Han de tenerse en cuenta diversas consideraciones y habilidades. La composición es un acto conciso y calculado, una danza cautelosa que pretende entretener, confundir, hipnotizar, seducir y provocar al destinatario. Todas las partes de una carta son igual de importantes. Toadas las partes de una carta encierran simbolismo.

Lo primero es saber elegir el papel. El color sienta las bases del estado de ánimo y transmite emoción, al igual que la textura y el espesor del papel. Un asunto que revista gravedad exige un papel de mayor peso y grano. Para los soñadores y los románticos, podría elegirse el género más fino. El tamaño del papel en relación con el cuerpo del mensaje también ha de tenerse en cuenta. Un pliego de papel de grandes dimensiones que albergue cuatro caracteres contados podría tomarse por un gesto de generosidad (He utilizado todo este papel de sobra, sólo por ti). Por el contrario, un trozo de pergamino atestado de apretados garabatos podría verse como un insulto (No te mereces ni el papel que gasto).

En segundo lugar el contenido es fundamental. La práctica habitual consiste en componer un poema de treinta y una sílabas con una imagen inspirada en la naturaleza, implicando sutilmente la intención del remitente, en lugar de exponerla a las claras. Esto suele tomarse por otro movimiento en el eterno juego de la corte, pero también sirve a un propósito práctico. Las cartas que se escriben en la corte rara vez pueden llamarse privadas. Casi nunca se sellan y casi cualquiera puede detener a un criado en los pasillos y leer lo que vayan a entregar. De hecho, se espera que esto ocurra. Las misivas exhiben la astucia y el ingenio del autor a los ojos de todos; no comunican secretos. Los destinatarios que sepan jugar correctamente a este juego entenderán el significado de la carta aunque el mensaje no sea evidente.

Las pinceladas del autor deberían transmitir el mensaje adecuado. El estilo puede dotar de significado al mensaje, con independencia de cuál sea el contenido. Un mensaje escrito con elegancia podría simbolizar amor, o podría comunicar, sencillamente, que el remitente es culto y adinerado, y que dispone de tiempo de sobra para practicar su caligrafía. La redacción descuidad suele tomarse como un insulto, por lo que los escritores escriben a menudo varios borradores, empleando distintos pinceles y tipos de tinta, antes de elegir la misiva que será enviada. Incluso si se tiene la intención de insultar, la ejecución ha de ser la adecuada.

Por último, el cortesano deberá tener en cuenta el envoltorio de su carta. En Rokugan existen varios estilos tradicionales de plegado de cartas, y algunos clanes han desarrollado sus propias técnicas secretas para exhibir su astucia e imposibilitar falsificaciones; los Escorpión son maestros en este arte, es una hazaña desdoblar una carta de un Escorpión sin rasgarla. La misiva se adjunta a continuación a una flor, rama, varilla de incienso y otro objeto que posea una fragancia particular. De nuevo, la elección del perfume tiene su función, pues suele resumir el tema de la carta. La entrega del mensaje debe recaer sobre el sirviente adecuado. Un criado importante implica que el destinatario es importante a su vez. Un lacayo insignificante implica que el destinatario es de baja ralea. Las cartas de este tipo nunca se entregan en persona; iría contra el espíritu del juego.

Todos los cortesanos están familiarizados con el juego de las misivas; lo aprenden del mismo modo que un bushi aprende a manejar la espada. El juego de las misivas es antiguo, se remonta a los primeros días de la corte del Emperador. Hantei Genji, el Príncipe Resplandeciente, está considerado uno de los jugadores más habilidosos, y se cree que muchas de las tradiciones referentes a la redacción de cartas que practican los cortesanos modernos fueron establecidas por él hace siglos. Una muestra de amor, por ejemplo, podría estar escrita en papel rosado, contener un poema que compara la belleza del destinatario con la de un animal o una flor de su elección, e ir acompañada de una ramita de roble como muestra de la fuerza del amor del autor. Una acusación de cobardía dirigida contra un Cangrejo podría estar escrita en grueso papel blanco (color de la muerte), comprender un poema que describa a un obtuso crustáceo ahogándose en su propia concha, y estar perfumada con almendras amargas. Las posibles combinaciones son innumerables. El cortesano habilidoso sabrá observar el intercambio de cartas e intuir a menudo la intención del mensaje, sin necesidad de abrirlas.

Es de rigor que el intercambio de correspondencias se tome muy en serio en la Corte de Invierno. Toda carta exige una respuesta. De lo contrario, el destinatario admitiría la superioridad intelectual de su autor. El juego suele prolongarse mientras dure la corte, y un cortesano podría mantener docenas de correspondencias simultáneas.

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En términos de juego, un duelo de misivas comienza con una de estas dos maneras: o bien el personaje decide enviar una carta, o recibe una. Son varias las habilidades que pueden resultar de utilidad en un duelo de misivas, sobre todo Corte, Retórica y Caligrafía.

Para empezar, el personaje debe elegir el papel, el contenido, la caligrafía y el envoltorio. Se tira Consciencia + Corte, con la Dificultad que juzgue apropiada el jugador. El DJ debería efectuar una tirada en secreto. El personaje no sabrá si ha superado la prueba o no, pero alguno de sus sirvientes o consejeros podría echarle una mano si su plan resulta seriamente deslavazado (¿Sama? Tal vez no deberías enviar la carta al daimyo Matsu en el papel azul granulado y estampado con una bandada de grullas al vuelo). Otras habilidades pueden ser de ayuda en el proceso. Por ejemplo, Herboristería puede facilitar la selección de una hierba rara con la que aromatizar la misiva. El DJ debería permitir Aumentos libres para cada habilidad que pudiera ser de ayuda al personaje, pero no más de uno para cada una de las cuatro etapas.

A discreción del DJ, se puede intentar el empleo de técnicas cortesanas a través del contenido de una carta. Esto exige un número de Aumentos equivalentes al Rango de la Técnica (ejemplo: Cortesano Doji Rango 3. cuando el destinatario reciba la carta, hará una tirada enfrentada de Honor, como indica dicha técnica. Si no la supera, la tirada de Corte inicial del objetivo al responder a la carta fracasará automáticamente. La técnica de Cortesano Bayushi Rango 1 también puede aplicarse a la redacción de una misiva, aunque una carta no sea una tirada enfrentada. El cortesano deberá elegir un Aumento para utilizar la técnica en el contenido de la carta, como de ordinario).

A continuación, el personaje debe redactar la carta. Esto requiere una tirada de Consciencia + Retórica para componer un poema, de Reflejos + Caligrafía para dibujar los caracteres y veinticinco minutos para completar el proceso. La Dificultad de estas tiradas será igual a la de la tirada de Corte original. Si el jugador saca una mala tirada, el personaje se dará cuenta de lo chapucero de su trabajo y podría volver a empezar, pero cada tirada fallida consume media hora de tiempo. Se puede redactar una carta más deprisa, pero hay que pedir dos Aumentos por cada diez minutos que se pretenda ahorrar. Una carta decente de este tipo no puede ser planeada ni escrita en menos de cinco minutos.

Por último, el personaje tendrá que envolver y enviar la carta. Esto requiere una última tirada de Consciencia + Corte para garantizar que todo encaje como es debido, y diez minutos de tiempo (si todos los elementos necesarios están a mano). La Dificultad será la misma que la de la tirada de Corte original. Al pedir dos Aumentos, el jugador puede inducir al DJ si superó la tirada de Corte original. Ésta es la última oportunidad del personaje de cerciorarse de los errores cometidos previamente y reiniciar todo el proceso.

Cuando se entregue una carta, el destinatario deberá hacer una tirada de Voluntad + Corte contra la dificultad de la misiva. La técnica Bayushi Rango 1 concede Aumentos libres a esta tirada por cada 2 puntos de Desventajas del autor aunque, a efectos técnicos, ésta no sea una tirada enfrentada. Si el destinatario supera la tirada, por cada 5 puntos de éxito recibirá un Aumento libre a su tirada inicial cuando planee la réplica. De lo contrario, cada 5 puntos de fracaso penalizan con un +5 la Dificultad a su tirada inicial cuando redacte la respuesta.

Toda carta concede al destinatario la opción de subir las apuestas. Si un cortesano recibe una misiva de Dificultad 25 y responde otra de Dificultad 15, estará admitiendo su inferioridad intelectual. Si redacta un de Dificultad 30, demostrará que es más astuto y suben las apuestas. Obviamente habrá ocasiones en que uno no quiera subir las apuestas. Si el daimyo de un clan te envía una carta, te harás un flaco favor subiendo las apuestas y dejándole en mal lugar. Lo correcto sería escribir una carta de la calidad adecuada, pero no mejor que la de tu superior; eso sería arrogante. Sin embargo, ten cuidado de no redactar un mensaje cuya baja calidad salte a la vista; eso sería un insulto. También es importante tener esto en cuenta cuando intentes cultivar un romance en la corte. Demostrar tu ingenio obrará maravillas a los ojos de tu amor, pero quedar en ridículo o ridiculizar al destinatario podría provocar que se desmoronase tu castillo de naipes.

¿Tiene algún sentido todo esto? Tal vez. Los cortesanos hacen y deshacen sus carreras a golpe de misiva. El juego puede conceder riquezas, gloria y honor a quien sepa jugarlo.

Aunque, a veces, no pase de ser un divertimento absurdo.

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Mar Ene 11, 2005 7:45 pm

En términos de juego, un duelo de misivas comienza con una de estas dos maneras: o bien el personaje decide enviar una carta, o recibe una. Son varias las habilidades que pueden resultar de utilidad en un duelo de misivas, sobre todo Corte, Retórica y Caligrafía.

Para empezar, el personaje debe elegir el papel, el contenido, la caligrafía y el envoltorio. Se tira Consciencia + Corte, con la Dificultad que juzgue apropiada el jugador. El DJ debería efectuar una tirada en secreto. El personaje no sabrá si ha superado la prueba o no, pero alguno de sus sirvientes o consejeros podría echarle una mano si su plan resulta seriamente deslavazado (¿Sama? Tal vez no deberías enviar la carta al daimyo Matsu en el papel azul granulado y estampado con una bandada de grullas al vuelo). Otras habilidades pueden ser de ayuda en el proceso. Por ejemplo, Herboristería puede facilitar la selección de una hierba rara con la que aromatizar la misiva. El DJ debería permitir Aumentos libres para cada habilidad que pudiera ser de ayuda al personaje, pero no más de uno para cada una de las cuatro etapas.

A discreción del DJ, se puede intentar el empleo de técnicas cortesanas a través del contenido de una carta. Esto exige un número de Aumentos equivalentes al Rango de la Técnica (ejemplo: Cortesano Doji Rango 3. cuando el destinatario reciba la carta, hará una tirada enfrentada de Honor, como indica dicha técnica. Si no la supera, la tirada de Corte inicial del objetivo al responder a la carta fracasará automáticamente. La técnica de Cortesano Bayushi Rango 1 también puede aplicarse a la redacción de una misiva, aunque una carta no sea una tirada enfrentada. El cortesano deberá elegir un Aumento para utilizar la técnica en el contenido de la carta, como de ordinario).

A continuación, el personaje debe redactar la carta. Esto requiere una tirada de Consciencia + Retórica para componer un poema, de Reflejos + Caligrafía para dibujar los caracteres y veinticinco minutos para completar el proceso. La Dificultad de estas tiradas será igual a la de la tirada de Corte original. Si el jugador saca una mala tirada, el personaje se dará cuenta de lo chapucero de su trabajo y podría volver a empezar, pero cada tirada fallida consume media hora de tiempo. Se puede redactar una carta más deprisa, pero hay que pedir dos Aumentos por cada diez minutos que se pretenda ahorrar. Una carta decente de este tipo no puede ser planeada ni escrita en menos de cinco minutos.

Por último, el personaje tendrá que envolver y enviar la carta. Esto requiere una última tirada de Consciencia + Corte para garantizar que todo encaje como es debido, y diez minutos de tiempo (si todos los elementos necesarios están a mano). La Dificultad será la misma que la de la tirada de Corte original. Al pedir dos Aumentos, el jugador puede inducir al DJ si superó la tirada de Corte original. Ésta es la última oportunidad del personaje de cerciorarse de los errores cometidos previamente y reiniciar todo el proceso.

Cuando se entregue una carta, el destinatario deberá hacer una tirada de Voluntad + Corte contra la dificultad de la misiva. La técnica Bayushi Rango 1 concede Aumentos libres a esta tirada por cada 2 puntos de Desventajas del autor aunque, a efectos técnicos, ésta no sea una tirada enfrentada. Si el destinatario supera la tirada, por cada 5 puntos de éxito recibirá un Aumento libre a su tirada inicial cuando planee la réplica. De lo contrario, cada 5 puntos de fracaso penalizan con un +5 la Dificultad a su tirada inicial cuando redacte la respuesta.

Toda carta concede al destinatario la opción de subir las apuestas. Si un cortesano recibe una misiva de Dificultad 25 y responde otra de Dificultad 15, estará admitiendo su inferioridad intelectual. Si redacta un de Dificultad 30, demostrará que es más astuto y suben las apuestas. Obviamente habrá ocasiones en que uno no quiera subir las apuestas. Si el daimyo de un clan te envía una carta, te harás un flaco favor subiendo las apuestas y dejándole en mal lugar. Lo correcto sería escribir una carta de la calidad adecuada, pero no mejor que la de tu superior; eso sería arrogante. Sin embargo, ten cuidado de no redactar un mensaje cuya baja calidad salte a la vista; eso sería un insulto. También es importante tener esto en cuenta cuando intentes cultivar un romance en la corte. Demostrar tu ingenio obrará maravillas a los ojos de tu amor, pero quedar en ridículo o ridiculizar al destinatario podría provocar que se desmoronase tu castillo de naipes.

¿Tiene algún sentido todo esto? Tal vez. Los cortesanos hacen y deshacen sus carreras a golpe de misiva. El juego puede conceder riquezas, gloria y honor a quien sepa jugarlo.

Aunque, a veces, no pase de ser un divertimento absurdo.

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