El cielo resplandecía, prístino, sin una nube que empañara la bóveda celeste del color del luto. La Dama Amateratsu lucía para hacer soportable el invierno aun para el caso de aquellos curiosos que se habían acercado a ver la imponente y lujosa comitiva. Al frente de la misma el oficial de la guardia de los Seppun miharu cabalgaba sobre una montura Unicornio, con dos portaestandartes que llevaba el mon del Crisantemo a sus lados. Tras él viajaba el amplio palanquín de la princesa Otomo Hijikohime, con el mon del Crisantemo y el de su familia, las cinco serpientes. A los lados desfilaban una docena de guardias Seppun, cada columna de seis precedida por un suboficial de la misma familia.
Tras ellos avanzaban dos palanquines, donde viajaban dos damas de compañía de la princesa (ambas de la familia Otomo), y ya más atrás venía un grupo de carros que transportaban a los numerosos criados de la princesa, así como de su amplio equipaje. El jefe de los sirvientes fue quien ayudó a descender a las damas de compañía, quienes por su parte ayudaron a la propia princesa, esperada por las autoridades del castillo y por Miya Yoto. Después el jefe de los sirvientes trató el tema de los papeles con quien tenía el mismo cargo en Kyuden Ippôyaku; mientras la princesa y los altos dirigentes fueron al recinto interior del palacio. Sólo el oficial y los dos suboficiales miharu se quedaron como protección. mientras que los demás serían alojados en casa del gobernador Isawa Yamaguchi.
Al albur de la protección que ofrecía la comitiva de Hijikohime llegaron algunos samurai menores, todos ellos a una respetuosa distancia...
_________________ "Que Benten os guíe en todas vuestras acciones"